jueves, 26 de marzo de 2009

Fotografía 13.

"Fotografía surrealista"

Un hombre vestido de saco de pana café con parches en los codos, muestra su palma derecha levantando sólo el antebrazo en un gesto de saludo (o despedida) hacia la cámara. En la parte derecha de su cuerpo, un poquito arriba de la cintura tiene una gran mordida que asemeja a aquella que se le ha hecho a una manzana. La cabeza de una mujer aparece en el cuadro dándole un nuevo mordisco, justo arriba del anterior. Parece que él no se ha percatado. Ella no mira a la cámara. Ambos sonríen.



Tlatoani.

Inperspectiva.

Por el simple placer
de escribir un par de versos
debaten el corazón, las
entrañas y los sesos.



Tlatoani.

Fotografía 12.

Subiendo al microbús con una pistola en la mano, un hombre de mediana talla con bigote y barba de candado. Por la puerta trasera sale un joven apresurado.


Tlatoani.

Fotografía 11.

Una bicicleta del tipo turista montada por un obeso que lleva el ombligo al descubierto y una bolsa de papel en la mano. En el portabultos lleva una caja, dentro de ella un juego de desarmadores, pinzas y llaves de tuercas.


Tlatoani.

Fotografía 10.

Una flor de pétalos violáceos, entintados desde el caliz, difuminados hacia la punta.


Tlatoani.

Fotografía 9.

Con la cara demacrada, trotando, casi caminando, se codea con los de al lado, flacos, cenizos, chupados. En las cercanías un letrero enorme que dice: "META, 5 Km.". Delante de ellos: marabunta, cosa similar sólo en el metro.


Tlatoani.

Fotografía 8.

En primer plano una roca polimorfa, con 10 a la 23 siluetas imaginables, sobre la roca una iguana y al fondo una estructura producto de la raza humana.


Tlatoani.

Son jarocho.

¿Son?

Es para tí que compongo
este verso sin abolengo
juego yo con las letras
y con los labios te entretengo.

Un jarochillo me dijo
que para versos soy un pendejo
le dije unos a su hermana
y con ella yo me fui muy lejos.



Tlatoani..

Fotografía 7.

Montado en una bicicleta a toda velocidad, con la vista hacia el pavimento un hombre va derramando lágrimas. El rostro de una mujer a través del parabrisas de un auto, muestra el pánico que le invade mientras cierra los ojos y sostiene el volante. Un rosario colgado en el retrovisor delata que la mujer ha frenado. La bicicleta está a un metro del auto.


Tlatoani.

Fotografía 6.

Tímidamente, un joven oculta un tulipán tras la espalda, sus ojos bien abiertos con pupilas dilatadas miran directamente los ojos de la chica que justo frente a él sonríe respodiendo su mirada. Un árbol en el fondo lucha contra el fuerte viento.



Tlatoani.

Fotografía 5.

"Par de polis"
Dos policías uniformados toman a un adicto por las "patas", su cabeza rebota en los escalones mientras lo arrastran.


Tlatoani.

Fotografía 4.

"Metro-Poli"

Mientras tanto, el policía recargado en los torniquetes que hay a la entrada, espera que algún usuario cometa algún desperfecto, y después observar, y no hacer nada.


Tlatoani.

Fotografía 3.

"Señorita"

De una sola pieza es el vestido elástico de color anaranjado. Lo lleva la "señorita" que se asoma hacia afuera mientras detiene la puerta con una mano, con la otra mano se amarra del cuello de un borracho. Aquellos tacones, no podrían ser más altos.


Tlatoani.

Pensamiento

Algún católico diría que ha llevado durante mucho tiempo cargando una cruz a cuestas, una cruz que ahora está olvidando.


Tlatoani.

Fotografía 2.

Senectud.

Una vieja, la abuela, frente a la fachada de su casa se asoma por la ventana, esperando mirar lo que nunca ha visto.


Tlatoani.

Fotografía 1.

Un niño de escasa edad (durante su vida, tan sólo han sido 2 los ciclos completados por nuestra esfera celeste), saliendo por la puerta de su casa. Se observa un zaguán azul ligeramente oxidado. Es un barrio no muy pobre. En la escena sus padres están ausentes, su mirada es al horizonte que deja verse al final de la calle.


Tlatoani.

Juego.

No siempre alcanza
lo suficiente.
Lo suficiente, no siempre
alcanza.
No alcanza siempre lo
suficiente
Lo suficiente no alcanza
siempre.
No siempre lo suficiente alcanza.
Lo suficiente siempre, no alcanza.
No alcanza lo suficiente.
Lo suficiente, no alcanza.


Tlatoani

Fiesta.

De haber sabido
que tantos faltarían,
habría traido más botanas.


Tlatoani

Autorretrato.

En el autorretrato
que él se tomó
frente al espejo,
él se miraba.


Tlatoani